LA MEMORIA

La memoria es un amigo fiel.
El día que hice esta foto el reloj estaba parado, era por la mañana y llevaba estropeado muchísimo tiempo. 

Recuerdo un viaje en mi infancia, en el que esta estación estaba abierta, funcionando. Gente que se movía deprisa por el andén, las maletas amontonadas en la cantina y algún viajero dormitando en la sala de espera.

La estación tenía un olor especial, a vapor de agua, a carburo, a la madera de  traviesas mojadas, a aire de montaña y a café con leche en un vaso alto de cristal. Todo a la vez.

Techos altos, cristales empolvados de muchos inviernos y la frontera.
Había que cambiar de tren porque el ancho de vía era diferente. Vigilando la maleta porque aún no usábamos troleys... llevábamos mochila :).

Es posible que lo haya soñado, o no, pero he leído o escuchado que quizá abre de nuevo. Espero que conserve ese aire romántico y un poco decadente que aun percibo en las fotos.
La memoria es un amigo...