Los charcos están helados, una frágil capa de hielo hace de alfombra camino a la oficina de correos. Mi padre me ha puesto un pasamontañas que solo me deja visibles los ojos, es un gorro de tricot muy grueso que me pica en la nariz y me llena la boca de pelitos de mohair.
La bufanda hace juego, lleva pompones en los extremos y cuando la doblo parece un conejo de trapo. Todo de lana "ton sur ton" de una tienda ideal de Bilbao que mi abuela materna se empeña en regalarme; ese tipo de regalos que a mi madre le vuelven loca, faldas escocesas con tirantes y un imperdible de flecos y blusitas de manga corta (en un invierno helado) muy monas que a mi mucha ilusión la verdad no me hacen.
A mi lo que de verdad me hace ilusión ahora que ya he cumplido seis años, es "echar" la carta a los Reyes, escrita con ayuda de mi padre hace días y que hoy, a pesar del aire gélido, llevo en la mano sin manopla para que no se arrugue.
Hace tiempo, mucho tiempo, una noche como esta colocaba mis zapatos en la ventana al lado de una bandeja con tres copas de champán para sus Majestades de Oriente y un montoncito de heno para los camellos. La verdad ahora que caigo, es que nunca tuve en cuenta a los pajes.
Muy prontito me acostaba haciéndome el remolón y no conciliaba el sueño, lo mismo que todos los niños que esa noche también esperaban "la magia".
A dormir con los puños apretados, eso es fundamental para que el sueño sea muy profundo. Si te despiertas en plena noche y los Reyes te descubren,mmmm…no sé, no sé que podría suceder.
La carta con todas las peticiones del año estaba ya en posesión de sus mágicos destinatarios, pero de toda la lista de deseos había una que esperaba con especial ilusión: la cocinita.
En la misiva había pedido también el velador del "Hogarín", un pupitre y unos patines de ruedas de madera, de cinc con las correas ajustables de cuero rojas, madre mía que pasada. Pero yo esperaba con anhelo mi cocinita.
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Los ojos despegados al primer rayo de luz de un día que se cuela por los cristales, a pesar de la intensa niebla y la escarcha que ha cubierto los campos arados. Silencio que se rompe en la cocina, cacharros en movimiento, desde donde llega un aroma de chocolate espeso y pan tostado.
No puedo más y salgo de la cama sin zapatillas claro, salto por encima de las copas de champán casi vacías y veo que el heno ha desaparecido. En su lugar un sobre a mi nombre con mayúsculas y tinta china, en cursiva, sin remite.
Querida Pi:
Este año te has portado muy bien, por ese motivo te hemos traído…bla, bla, bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla,
Claro que podrías bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla,
Recuerda que debes ser bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,bla, bla,
Un abrazo y hasta el próximo año.
Firmado
El Rey Melchor
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No es posible, no es posible, han venido y me han contestado de puño y letra. De hecho he escuchado cascabeles esta noche, pisadas y el sonido de los cascos contra las baldosas del patio, han tenido que ser ellos, fijo.
Dejo de lado la carta y me tiro en plancha sobre un montón de paquetes que ya abriré después porque junto a la ventana, justo donde y como había imaginado, un envoltorio muy grande esconde el deseo.
De madera, colores pastel en los armarios que guardan vajilla de Lliliput, ollas, bandejas, platos y tacitas de té. Trapos de cocina y cortinas de tela ¡de verdad verdadera! en la ventana que asoma a un jardín soleado. La puerta del frigorífico se abre e ilumina un interior lleno de cocacolas, huevos, pan de molde y salchichas de frankfurt, estas últimas sin escala de tamaño. Un suelo de baldosas de cartón tan real como el fuego de los quemadores bajo la cacerola de aluminio. Mi cocinita.
¡El grifo FUN-CIO-NA!. El armario superior guarda un depósito que los Reyes ya me han dejado lleno de agua para que pueda lavar los platos. Es una cisterna con un mecanismo de fuelle que bombea el agua desde el fregadero, un circuito escondido que transporta mas magia si cabe. Hoy a mi madre no le importará que encharque el suelo, hoy es el día de jugar en pijama y sin peinar.
Y tengo la comida hecha porque en el horno aguarda un tremendo pavo ya rustido, aunque no comprendo porqué es más pequeño que las patatas y las coles, pero me encanta mi pavo al horno, tan amarillo y tan reluciente.
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A mis queridas María, Cecilia, Piola, Eva, Pilar, Marcela, Menchu, Helen, Amparo, Ro, Belén, Rebeca, Nuria, Carina, Esther, todas aquellas que no menciono no os molestéis, porque estar…estáis todas en mi lista de deseos este año.
Todo el día, todos los días siguientes jugué con ella. Muchos años junto con mi traje de gitana aquí "el cuento: griselda, anastasia and me". Sin ninguna duda el regalo más bonito que nunca he recibido, el más acertado, anhelado, el más disfrutado.
Cierto que puse todo el interés en él, mi deseo más intenso y la convicción absoluta que lo alcanzaría. Es lo que tienen los deseos, que los sueñas y algunas, sólo algunas veces, se cumplen.
Feliz Noche de Reyes.
Cada una de tus palabras es una instantanea en mi mente,cada frase un agradable recuerdo.. Cuando narras me trasportas y veo la cocina de colores y las salchichas "Franfurt",siento el frio y la emoción del despertar y recibir una carta del rey mago.... Me tienes enamorá con tus cuentos... Felices reyes y ya sabes cuando algo se desea intensamente se consigue.. Un besazo :)
ResponderEliminarUn precioso relato, me ha encantado tu entrada.
ResponderEliminarun abrazo.
Super bonito ♥, tanto el cuento como las ilustraciones.
ResponderEliminarAyyyy que me emocioné toaaa!!!
ResponderEliminarCuánto soñé yo con esa misma cocinita Pi..............Y me la trajeron!!
Aunque la mía no tenía agua, ni el pavo rustido, pero qué linda eraaa....con esos tonos pastel, la nevera, los calderitos.....Hasta me daban las mondas y hacía papitas fritas chiquitas, qué ilusión taaaan grande!!!
Tus dibujos ilustrativos me parecen lo más y el relato remontándote a tu infancia con ese gorro mohair portando la carta mágica es enternecedor, menudo ejercicio de memoria!!!
Me retrotrajiste nuevamente en el tiempo y eso, pocas veces se consigue querida amiga!!
Graciaaasssss, un cuento precioooso !!
P.D.
Prontito te hablo, acepto tu propuesta, necesito ayuda, eres la lexeeee, jejeje....Graciaasss!!!
HolaPi querida ! Me transportan te a mi infancia con las bellas ilustraciones y el relato ,, yo tenía una cocina muy rústica pero era mi sueño,, sueño como el tuyo y como el de millones de niños ,, que ganas de volver a serlo,,,
ResponderEliminar, deseo que tengas un buen medio semana
Pisar el delgado hielo en los charcos, las rodillas rojas de frío, las madres que ignoraron el invento de los leotardos en pro del bien vestir, la capucha/bufanda que pica, el vestido de punto de abeja, la cocinita y los cacharritos, la carta a los Reyes, el hospital para animales, la escarcha, el vaho saliendo de la boca, los botones de cuero en el abrigo cruzado, las mercedes de charol...
ResponderEliminarFeliz año, desde el país de los recuerdos compartidos!
Los ojos se me iban humedeciendo cuando leía, Pi, porque podría haber escrito ese maravilloso cuento yo misma...
ResponderEliminarPero ya la dedicatoria me ha hecho soltar una lagrimita y pensar que casi me pierdo este maravilloso post tuyo por falta de eso que entonces, cuando éramos las protagonistas del cuento, no valorábamos, el tiempo, y que ahora se me antoja el mayor de los tesoros para poder disfrutar de momentos como éste.
Gracias, gracias y mis mejores deseos para esa pequeña Pi hecha una gran mujer ^-^
Cuántos recuerdos me trajiste a la memoria, los Reyes también me trajeron una cocinita una vez pero era de metal. Cómo la amé!! Una noche mágica que me hiciste revivir gracias a tus dibujos y la magia de las palabras....también me hiciste acordar del pasamontañas de lana pero éso no fué tan agradable! jajajaja
ResponderEliminarsi tienes un ratito, pásate por gris berenjena :0)
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